Imagínate que están en un almacén. Cada proyecto tiene una cantidad de monedas, y el de la puerta del almacén se las tiene que sacar de encima.
Si ve que nadie se acerca a comprar ninguna, y el almacén está cada vez más lleno, las venderá baratas para quitárselas de encima. Y ahí algún curioso comprará, y hablará de lo que ha comprado (a veces le damos más valor a algo por el simple hecho de que lo poseemos). Con la tontería, cada vez va comprando más gente, y el de la puerta del almacén, que no es tonto, ve el tirón y sube precios.
Y si apenas le quedan monedas en el almacén y es mucha la gente queriendo comprar, pondrá los precios carísimos.
Hasta que un día, un avispado se da cuenta de que el precio está muy alto para lo que es la moneda. Así que se larga sin comprar, y se lo comenta al de al lado. Y también se da cuenta. La gente deja de comprar y el de la puerta del almacén tiene que empezar a replantearse esos precios, y comenzar a bajarlos.
Y vuelta a empezar...!